La-WWW (El fin de un Imperio)

("De aquí a unas pocas décadas -a contar a partir de hoy que lo lees- nadie recordará qué fue esta cosa llamada Internet".) ¿Qué se está cociendo en los últimos días del Imperio WWW?

Total Internet
Escuece y escuece bastante. Aunque dejes de mirar, no dejará de pasar.
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Cintas de vídeo
Videos por un tubo en recopilación constante por la red.
cintasdevideo.blogspot.com


miércoles, julio 22, 2009

Cumpleaños Messenger

Windows Live Messenger cumple diez años y Microsoft ha dado a conocer muchas cifras sobre su servicio de mensajería instantánea. Así,...
-unos 140 millones de personas se conectan al Messenger a diario;
-en todo el mundo se mandan al día 8,6 miles de millones de mensajes;
-al día se activan 1,6 mil millones de sesiones;
-hay 323.000.000 usuarios de Messenger en todo el mundo;
-si se enviara una carta por cada una de las 1,6 miles de millones de sesiones de Messenger que suceden al día, y se apilaran las páginas una detrás de otra, el montón llegaría a la Luna. (Serían 474.000 Km de cartas en comparación con los 405.000 Km de distancia entre la Tierra y la Luna);
-con esos 1,6 miles de millones de sesiones online, y evitando el envío de 1,6 miles de millones de cartas físicas, estamos salvando 2,8 millones de árboles cada día (teniendo en cuenta que se necesitarían 24 árboles para cada paquete de papel de oficina).
Por todo esto, Microsoft quiere celebrar su aniversario promoviendo un movimiento social donde los usuarios pueden enviar sus mejores historias vividas a través del Messenger y que se colgarán en un lugar especial creado para el cumpleaños, donde habrá emoticonos gratuitos y un recorrido por la historia del Messenger.
Desde aquella primera función de mensajería en línea, allá por el año 1999, que permitió a los usuarios mantener conversaciones inmediatas e instantáneas, han sucedido grandes avances y ahora es posible la interacción entre las personas a tiempo real.
Después de los dos primeros meses del lanzamiento, MSN Messenger ya tenía 2,5 millones de usuarios. Seis meses después ascendieron a 4,5 millones de usuarios al mes. Un año después de la salida de esa primera versión, los usuarios sumaban 18 millones, y ya estaba disponible el intercambio de archivos y las llamadas gratuitas de larga distancia entre Estados Unidos y Canadá, además de pasar de cuatro a veintidós idiomas disponibles.
En marzo de 2001 era posible agrupar los contactos en grupos y existía el soporte de voz. Eran ya 29,5 millones de personas las que usaban Messenger. Hoy son trescientos veintitrés millones.

miércoles, julio 08, 2009

Los periódicos también se la tienen jurada a Internet

(Daniel Rodríguez Herrera - Libertad Digital / Liberalismo.org / Red Liberal / Instituto Juan de Mariana.) La industria discográfica no es la única que se está muriendo por no saber encarar una difícil transición. Los grandes periódicos de papel también están sufriendo lo suyo. Sin embargo, y al contrario que otros afectados por internet, lo cierto es que no pueden culpar a la piratería de sus problemas. Tampoco es que los otros sí puedan, pero al menos es una excusa plausible. En cambio, los diarios se enfrentan a un cambio de hábitos, que ha sustituido el papel por la pantalla, y el notable incremento de competencia que ese mínimo cambio ha traído consigo.
El problema para los diarios no es el cambio de soporte. Al fin y al cabo, cuando bajamos al quiosco pagamos sólo una parte del coste de escribir, maquetar, imprimir y distribuir esos cachos de papel; el resto lo sufraga la publicidad. En internet los costes de impresión y distribución se reducen a la mínima expresión, de modo que los anuncios podrían seguir pagando lo que cuestan los contenidos. Pero claro, al haber desaparecido esos costes, las barreras de entrada a la cosa periodística son ahora ridículas y los periódicos se enfrentan a la competencia de, entre otros, ¡sus propios lectores!
Como siempre que sucede un cambio fundamental, una "destrucción creativa" de esas, las alternativas se reducen a dos grandes grupos: adaptarse o morir. Curiosamente la prensa, mayoritariamente progresista en todo Occidente, parece haber optado por olvidarse de Darwin y hacerse creacionista, con lo que se ríen de los yanquis por eso. Así, en todo el mundo se suceden demandas contra Google News por el pecado de poner a disposición de los usuarios los titulares de las principales noticias y ofrecer enlaces para leerlas en los medios que las publicaron. ¿La razón? Que Google gana dinero y "utiliza nuestros contenidos", según los editores de prensa. Sin embargo, el gigante californiano no hace nada que no hagan los propios periódicos, que se hacen eco (o deberían) de las noticias de sus competidores. Simplemente lo hace de forma automática.
En éstas estábamos cuando Richard Posner entró en juego. Para quienes no lo conozcan, que serán muchos, Posner es un jurista norteamericano de reconocido prestigio que al contrario que muchos de sus colegas algo sabe de economía, lo que por otra parte probablemente le haya cerrado las puertas del Supremo. Es un "Chicago boy", con todas las virtudes y los defectos que esa etiqueta conlleva. Tiene un blog que escribe a medias con el Nobel de Economía Gary Becker, en el que ambos exponen semanalmente su visión sobre un asunto. ¿Y cuál fue el de la semana pasada? La muerte de los periódicos.
Mientras Gary Becker lamentaba, básicamente por motivos sentimentales, la suerte funesta de la letra impresa, pero admitía que no había riesgos de muerte de la prensa dada la vitalidad que ofrecía internet, Posner parecía no creer que pudiera existir forma alguna de que pudiéramos tener periodismo sin periódicos. Convencido de que hacerse eco y enlazar a las noticias de otro medio es pernicioso para esos grandes diarios que son los únicos que crean contenidos relevantes, exponía dos soluciones, que mostraban su ignorancia del negocio: prohibir el enlace y la cita a los diarios o prohibir el acceso a contenidos protegidos por derechos de autor sin permiso de eso, del autor.
Seamos serios, todos los medios en internet quieren que la gente los enlace, porque es la manera de que se los lea más y, por tanto, ganar más dinero con la publicidad y tener suficiente para crear esos "contenidos diferenciales" que tanto le preocupan a Posner. Además, ya está prohibido acceder a las noticias que los medios quieran proteger, como demuestra el Wall Street Journal; otra cosa es que quieran, porque el diario neoyorquino es el único que ha tenido cierto éxito cobrando por parte de sus contenidos. Pero el problema de Posner es algo más profundo. Al fin y al cabo, podría haber propuesto la obligatoriedad de enlazar con la fuente del contenido, que sería una medida más razonable dentro del entorno de la web, y que podría evitar casos de vampirismo que todos conocemos. Lo malo es que todas estas medidas son un ataque a derechos fundamentales, para cuya violación las conveniencias económicas no deberían ser razón suficiente. Y perder eso de vista parece ser desgraciadamente habitual para demasiados de los Chicago Boys. Es lo que tiene ser "experto" y "tecnócrata", que a veces se pierde de vista lo más importante.