Reino Unido quiere matar a la mula

Si hace poco fue el Gobierno británico quien declaraba la guerra contra los descargadores ilegales, ahora es la industria discográfica de Gran Bretaña la que tiene prevista emprender acciones legales contra los proveedores de acceso a internet si en dos semanas no toman medidas contra los clientes que realizan descargas masivas a través de programas de intercambio de archivos, conocidos como P2P. Así consta en un comunicado remetido por British Phonographic Industry, la asociación de gestión de derechos más importante del Reino Unido, quien exige que se ponga en marcha el modelo de los 'tres-strikes', que consiste en una denuncia sobre un usuario que realiza descargas al tiempo que se le interrumpe la conexión temporalmente hasta que se le desengancha de la red definitivamente si hace caso omiso de estos avisos.

Varias compañías discográficas ya han aplicado este sistema de control, aunque en los últimos meses han recibido numerosas quejas al respecto. De hecho, el consejero delegado de Talk Talk (uno de los proveedores de internet británico), Charles Dustone, ha calificado de "grosero" este comunicado, al tiempo que ha añadido que "nadie le va a decir a nuestros clientes lo que tienen que hacer y lo que no".

En otros países y sin alejarnos de Europa, como el español, la legislación vigente no contempla ningún artículo que califique de delito la descarga, siempre y cuando no tengan un fin lucrativo, por lo que el gobierno de España decidió aplicar para combatir la piratería un canon compensatorio. Lo que es lo mismo, un robo compensatorio, que los españoles, sorprendentemente, abalaron en las urnas este pasado mes en el que tuvieron elecciones. En él, todos son considerados previos delincuentes por el simple hecho de comprarse una grabadora de lo que sea. Un móvil. Un cd virgen. Cualquier mierda. Es como si te cobraran un impuesto por comprarte un folio en blanco porque allí puedes trascribir el texto de un libro. Igual solo lo usas para escribirle un poema a tu novia o para hacer un avioncito en clase y putear al profe pero, en fin, así es el mundo de Z.

Veremos qué pasa en el resto del planeta.