Decálogo para intentar sobrevivir al Holocausto de 2007

El phishing, la pérdida de datos, el robo de la señal WiFi, el malware, la sustracción de la propia identidad… Encender simplemente el ordenador se ha convertido en un deporte de riesgo. Nadie está libre de ser estafado o engañado en la Red, ni siquiera las instituciones oficiales. Para intentar frenar este problema, la consultora IDC ha creado un decálogo para no sufrir ciberestafas que será presentado en la Convocatoria Internacional sobre Seguridad TIC en España.

Hoy en día todos nos ponemos en peligro al usar servicios de e-banking, al realizar compras online, o simplemente al acceder a cualquier página en la que hay que registrarnos o dar nuestros datos personales. Además, estudios recientes apuntan a que en 2007 sufriremos un aluvión de amenazas que serán el gran reto de las empresas que ofrecen servicios online. Aunque los usuarios se protejan, es necesario conocer unas normas básicas de seguridad para no correr riesgos.

En la actualidad, uno de los principales peligros de la Red es el phishing, que se propaga a través del correo electrónico. Aunque no es un peligro para el ordenador, sí lo es para el bolsillo del usuario. El estafador envía un email suplantando a un banco o a una institución oficial para obtener información privada como la contraseña para operar a través de Internet con el dinero del internauta. Contra esta ciberestafa, la única defensa es el sentido común. “Nuestro banco nunca nos va a solicitar datos a través del email, ni siquiera por el teléfono, por ello nunca rellene ningún formulario de su banco que llegue por correo electrónico”.

Aunque esta estafa está de moda, existen otros peligros que puede dificultar la navegación por Internet. Según el informe de IDC, otro de los peligros es el robo de señal WiFi, aunque esto no es obra de los ciberdelincuentes. Muchas veces hemos oído eso de “mi vecino me roba la señal inalámbrica de conexión a Internet”. Para evitar que otros se aprovechen de nuestras redes, sólo es necesario dotar a nuestra conexión a Internet de una contraseña de acceso.

Los robos de identidad es otro de los grandes peligros. En ocasiones, los usuarios utilizan claves fáciles de descifrar a la hora de crear una cuenta de correo electrónico como su fecha de nacimiento o el típico ‘1234’, circunstancia que es utilizada por los hackers para apropiarse de ella. Para evitarlo lo más adecuado es recurrir a la imaginación y utilizar claves extrañas que mezclen letras mayúsculas, minúsculas y números. Además, hay que evitar desvelársela a otros usuarios y, por supuesto, utilizar una distinta en cada servicio.

Las formas más comunes de malware son los virus, que intentan provocar funcionamientos anómalos en nuestro ordenador, los troyanos que permiten el acceso remoto a nuestro equipo informático, spyware, adware y bots son programas que recopilan información sobre la persona que lo utiliza. Para hacer frente a esta batería de intrusos hay que dotar al ordenador de un antivirus actualizado y un programa antiespías eficaz.

Aunque finalmente recuerda que no todos los problemas de los ordenadores están en Internet. El informe de seguridad de IDC también alerta de la pérdida accidental de datos. La desaparición de fotos, música o documentos por un apagón, un virus o un fallo del disco duro puede ser una catástrofe para muchos usuarios. Contra esto, sólo hay una solución. Realizar copias periódicas de seguridad en medios extraíbles como un CD-Rom o un disco duro externo.