Una sigilosa primera advertencia. (Internet se acaba)

Aunque parezca imposible que se acabe internet, la amenaza es real. La semana pasada unos hackers acosaron a tres de los 13 servidores que gestionan las conexiones del trafico global, en el mayor ataque a internet desde 2002.

El ataque duró apenas 12 horas y se hizo palpable en la lentitud "anormal" del tráfico en la red, según confirmó el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Los motivos de la embestida siguen sin desvelarse aunque los expertos señalan el origen del problema en la inmensa cantidad de datos basura que provenían de Corea del Sur.

Entre los servidores raíz que estuvieron en la mira del ataque se encuentran algunos del departamento de Defensa de EE.UU., creadores de las primeras redes y que todavía hoy controlan muchos de estos centros. Para calmar las aguas, dicho departamento ha emitido un comunicado en el que afirma que no hay indicios "creíbles que sugieran que pueda haber una amenaza inminente ni físicos ni a los sistemas informáticos".

Hace unas semanas, las conexiones de media Asia se perdieron pero la causa fue más profana: un terremoto causó las interferencias físicas del cableado. Pero en el caso que nos ocupa, ¿cómo puede un grupo más o menos organizado amenazar el buen funcionamiento de una red global?

"El problema con la aldea global son sus idiotas aldeanos", señala el informático Paul Ginsparg. Y es que la sabiduría de las masas que da de comer a los teóricos del liberalismo y de la web 2.0 también tiene sus taras.

Que muchos usuarios se conecten a internet mejora las comunicaciones y lo intercambios, en la medida que controlan lo que bajan y suben a la red. Sin embargo, hay programas dañinos que infectan a los PC para que puedan ser usados por terceros. Este uso se puede producir sin la autorización o incluso el conocimiento del internauta. Los ordenadores zombis actúan remotamente y se pueden erigir en un verdadero ciberejército silencioso.

3,5 portátiles perdidos de media al mes por agentes de FBI. Una auditoria de la agencia estadounidense mostraba esta semana la cifra de descuidos de los hombres de negro. Más alarmante aún es que el FBI no es capaz de determinar si los PC contienen información confidencial. Y es que EE.UU. está en fase de altera constante para ataques, ya sean alienígenas, nucleares o terroristas. Y en los últimos tiempos la nueva amenaza del ciberterrorismo.

La National Cyber Response Coordination Group (NCRCG) que forma parte del departamento de Justicia y de Defensa explicaba esta semana las opciones que baraja ante un ciberataque. Sus opciones van desde un cibercontraataque a un bombardeo físico de la fuente del problema. Por supuesto la cosa presenta sus problemas: el origen del ataque puede estar dentro de las fronteras de EE.UU. o de un país amigo.

Desde el NCRCG se señala que ya se están formando soldados del ciberespacio.

(Vamos a morir todos.)