La-WWW (El fin de un Imperio)

("De aquí a unas pocas décadas -a contar a partir de hoy que lo lees- nadie recordará qué fue esta cosa llamada Internet".) ¿Qué se está cociendo en los últimos días del Imperio WWW?

Total Internet
Escuece y escuece bastante. Aunque dejes de mirar, no dejará de pasar.
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Cintas de vídeo
Videos por un tubo en recopilación constante por la red.
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domingo, mayo 13, 2007

¡"Apophis" ya está aquí!: Internet se colapsará a finales de este año

Según las principales consultoras, como Deloitte Consulting u otras, el crecimiento imparable del número de usuarios conectados, acentuada tras el lanzamiento de tarifas planas cada vez más asequibles, y de dispositivos de acceso a Internet junto con la popularización de la descarga de aplicaciones de vídeo como YouTube –que ya representan un tercio del tráfico total existente- o de la telefonía IP están poniendo al límite la capacidad de Internet. ¡Esto va a petar! De hecho, al final del presente año ya podrían empezar a observarse los primeros problemas como latencia o ralentización del servicio con los problemas que ello conllevaría a la comunidad empresarial en línea y al consumidor final.
Actualmente, más de un tercio de todo el tráfico de Internet son aplicaciones de vídeo y audio, que consumen la hostia de ancho de banda. De hecho, hoy por hoy, YouTube está sirviendo al día 40 millones de vídeos lo que supone unos 200 terabytes de datos, es decir, aproximadamente 200.000 gigas, por lo que bastaría un incremento inesperado en el uso de esta aplicación para que se hicieran visibles los primeros problemas en el acceso y en la velocidad de la red como latencia, caída o ralentización del servicio. O sea, el puto caos. Los nuevos protocolos de vídeo y voz requieren cada vez más calidad y más ancho de banda, por lo que en algunas ocasiones, los ISPs y las empresas de telecomunicaciones no consiguen cubrir las crecientes necesidades de ancho de banda para soportar el exponencial crecimiento del uso de Internet. Además, la gestión de los archivos es una tarea complicada y de elevado coste para los proveedores de servicio y los operadores de telecomunicaciones. Así, por ejemplo, de acuerdo con Infonetic Research, un archivo típico de vídeo en Internet llega a consumir 1.000 veces más ancho de banda que un mensaje de correo electrónico. Y mientras el envío de 100.000 correos electrónicos cuesta a una compañía de telecomunicaciones alrededor de 20 céntimos, la transmisión de 100.000 vídeos de baja resolución tiene un coste próximo a los 15 dólares y 100.000 películas de alta definición alrededor de 10.800 dólares, según datos de la misma consultora. Aparte hay que tener en cuenta otros dos aspectos -ya mencionados- que influirán en la definición de Internet en el corto plazo. Por un lado, la amplia variedad de dispositivos de acceso y, por otro, el incremento del número de usuarios. Todo ello acentúa la necesidad de una mayor capacidad y calidad de servicio.
“Definitivamente, estamos en el principio de un nuevo boom”, explica Jon Lindén. ¿O en el principio del fin? “La transmisión de las aplicaciones de vídeo demandan más ancho de banda. Después de años de calma, la industria se enfrenta a un nuevo período, resultado del crecimiento sin precedentes de servicios de vídeo en línea y otras aplicaciones grandes consumidoras de ancho de banda, que exige un aumento de la capacidad de la Red pero también una utilización más eficiente de los recursos existentes”.
En este escenario, ¿con qué opciones cuentan las empresas de telecomunicaciones y los proveedores de servicio y aplicaciones para satisfacer los nuevos requerimientos?
Ampliación de las infraestructuras. Una de las posibilidades es desplegar nueva infraestructura que dé respuesta a las nuevas necesidades de ancho de banda y de calidad. Sin embargo, el gran desembolso que exige esta opción -se estima que el montante a nivel mundial alcanzaría los 240.000 millones de dólares en el 2008, lo que representaría un crecimiento del 19 por ciento sobre el gasto acometido en 2005- plantean las siguiente preguntas: ¿Quién asume esta partida? ¿Los proveedores de servicio y aplicaciones o las empresas de telecomunicaciones?
Por un lado, los operadores justifican su escaso interés en este proyecto en que van a obtener una rentabilidad demasiado pequeña -o nula en el caso de los servicios que se dan gratis- con respecto al desembolso que deberían realizar. Además, argumentan que quienes deberían asumir esta inversión son los proveedores de aplicaciones en tanto en cuanto son sus productos y/o servicios los que más ancho de banda consumen. Éste sería uno de los motivos por lo que vienen exigiendo un “gravamen” especial a los proveedores de contenidos que consumen una gran capacidad de ancho de banda. Consideran que son estos los que se aprovechan de las infraestructuras disponibles y que, además, su voracidad es insaciable: Cuanto más aumenta la capacidad de la red, mayor es su capacidad para suministrar contenido. Tienen parte de razón. A mayor aumento de líneas ADSL o de alta velocidad, mayor es el tráfico que estos sitios generan para atender la demanda de los usuarios. Por su parte, los proveedores de aplicaciones y servicios consideran que esta cuestión excede los límites de actuación de su negocio. Afirman, no sin parte de razón, que su objetivo es proporcionar contenido y no extender infraestructuras de telecomunicaciones. Estas empresas ya disponen de potentes servidores que gestionan y optimizan su propio tráfico pero no el general de la red.
El acceso a populares sitios de intercambios de videos, produce, además, una concentración de tráfico en zonas determinadas y cuellos de botella en los nodos que canalizan el tráfico. Por lo que estas zonas podrían ser las primeras afectadas por la congestión.
¿Qué pasa entonces con los usuarios? Sin un acuerdo en el sector, el más que previsible incremento del número de usuarios concurrentes en Internet y de las aplicaciones de vídeo y de voz en la red provocará que las molestias causadas por la caída en la velocidad de acceso se conviertan en una insatisfacción de los consumidores a gran escala.
¿Soluciones? En pleno boom tecnológico, un grupo de empresas se lanzaron a construir importantes redes submarinas y terrestres de gran capacidad. Curiosamente muchas de estas compañías sucumbieron a la caída del mercado bursátil y vendieron sus infraestructuras por un puñado de dólares. En ese momento, en el 2000/2001, los analistas mostraban su preocupación por el exceso de capacidad de ancho de banda afirmando que la inversión acometida sería difícil de recuperar. Visto el panorama, se frenaron las inversiones previstas y se paralizaron los planes de extensión de nuevas redes. Hoy serían más necesarias que nunca.
Una de las soluciones por las que apuesta la industria es optimizar el uso del ancho de banda, priorizando el tráfico de la red en función de su contenido y del perfil del usuario. Esta propuesta, tecnológicamente muy avanzada, podría acabar con la actual tendencia de barra libre potenciando servicios de pago para acceder a distintos servicios que consumen elevadas tasas de ancho de banda. Así los proveedores de acceso, los ISP, podrían comercializar “paquetes” a sus “usuarios combinando servicios -como email, navegación de Internet, descarga de vídeos o aplicaciones P2P- a diferentes perfiles de usuarios y a distinto precio”, explica el ejecutivo de Procera Networks, una de las compañías que apuestan más decididamente por este tipo de solución -sacarnos el dinero- para afrontar a una posible “crisis” en ancho de banda.
(En conclusión: que mejor os vais despidiendo de vuestros conocidos a través del messenger porque esto se acaba, muchachos/as.)