La-WWW (El fin de un Imperio)

("De aquí a unas pocas décadas -a contar a partir de hoy que lo lees- nadie recordará qué fue esta cosa llamada Internet".) ¿Qué se está cociendo en los últimos días del Imperio WWW?

Total Internet
Escuece y escuece bastante. Aunque dejes de mirar, no dejará de pasar.
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Cintas de vídeo
Videos por un tubo en recopilación constante por la red.
cintasdevideo.blogspot.com


lunes, agosto 10, 2009

La ruinosa industria del pornotubo

Uno de los mayores inventos de Internet, los portales de intercambio de vídeos generados por los propios usuarios, son un escaparate con millones de espectadores que no hacen sino crecer, pero no generan dinero. Y los muy visitados sitios de vídeos porno al estilo de YouTube no son una excepción.
Google se gastó hace tres años 1.650 millones de dólares en YouTube, el portal de intercambio de vídeos generados por usuarios más visitado del mundo. Su audiencia entonces era enorme y con el paso de los años ha seguido aumentando. Sin embargo, la compañía del buscador se lleva enfrentando desde hace tres años al problema de cómo generar ingresos.
Siguiendo la estela de YouTube fueron apareciendo múltiples páginas de intercambio de vídeos pornográficos que no tardaron en ganar popularidad. Sitios como Pornhub, RedTube o YouPorn se encuentran entre las 100 páginas más visitadas del mundo, por encima de periódicos tan populares como The New York Times. Semejante flujo de visitas deberían ser sinónimo de ingresos millonarios, pero no es así. La publicidad en estos portales no se ha revelado como una fuente de ingresos suficiente y parece que el problema debería pasar por cobrar por contenidos. Y he ahí el problema. Los sitios del estilo YouTube se han convertido en parte del mundo adulto hoy en día pero, cuando todo este contenido adulto es gratuito, ¿cómo se consigue que la gente pague?
El número de usuarios de portales de intercambio de vídeos generados por los usuarios que pagarían por contenidos varía entre 1 de cada 8.000 y 1 de cada 10.000. Además, estos sitios se han convertido, al igual que YouTube, en un marco habitual en el que colgar contenidos protegidos por derechos de autor. Es decir, para piratear. En este sentido, la industria del porno se indigna y denuncia que son esos mismos portales los que suben los contenidos, no los usuarios: "Ellos hacen creer que hay todos esos usuarios subiendo vídeos pirateados, pero no son ellos –los internautas–, sino los dueños".