¡Qué rule tu foto!

El número de personas anónimas que ha decidido presentar demandas por la publicación de su imagen en la red sin su permiso está aumentando cada año. Las demandas reclaman la cesación de la imagen de su persona. El afectado suele descubrirse en una fotografía de playa, o en algún vídeo de YouTube.

Los que han percibido un "perjuicio moral" con la publicación también pueden pedir un indemnización económica. Es más, el titular del derecho debe de consentir para cada acto distinto: captación, reproducción y publicación de las fotografías y para cada medio. Yo puedo consentir que se me haga una foto, pero eso no significa que consienta que se publique en determinado medio.

No olvidemos el caso reciente de una joven cuya imagen fue publicada en una web de contactos junto con su número de teléfono. La chica presentó una demanda por injurias contra la persona que colgó la imagen. Y ganó.

O el suceso que acontece en Sevilla (España) donde la Fiscalía ha pedido cuatro años y tres meses de prisión para un joven que colgó en internet vídeos pornográficos de su ex novia, "en venganza" tras su ruptura y al conocer que la chica había entablado una nueva relación. El escrito de acusación dice que el acusado C.E.B., de 23 años, mantuvo un noviazgo de tres años con la víctima, durante el cual ambos grabaron, de común acuerdo, sus relaciones íntimas y otras imágenes en las que la chica aparecía desnuda y en poses pornográficas. (¡Qué marranillos!) En mayo o junio de 2005 la pareja rompió y unos meses después el acusado, en venganza al conocer que la víctima había entablado una nueva relación afectiva, "decidió publicar en internet, en un sitio donde tuviera acceso cualquier internauta, los vídeos y fotografías que guardaba en su ordenador". Además, utilizando el nombre imaginario de Luis García, el 28 de noviembre de 2005 y 1 de diciembre remitió sendos correos electrónicos al nuevo novio de la chica, bajo el título "La verdad sobre la zorra de tu novia", en los que "describía las fotografías obscenas" que había colgado. (Ay, qué bonita es la venganza en invierno y en verano, a la sombra y al solano.) También indicaba al joven las direcciones de internet y del programa eMule donde podía ver las imágenes. (Sí señor, todo bien detallado, como un caballero.) Los hechos fueron denunciados entonces por la perjudicada (rencorosa a más no poder) y las fotos y vídeos fueron retirados del lugar donde habían sido colocados, precisa el fiscal. En el juicio que celebrará un juzgado penal de Sevilla en los próximos meses, el fiscal imputará a C.E.B. un delito de revelación de secretos y pedirá para él cuatro años y tres meses de cárcel y el pago a la perjudicada de una indemnización de 6.000 euros. (Sí, claro, y que lo esterilicen también. Anda ya. Pues que no hubiera follao. O sea, la Cicarelli sí puede salir en la red y esta señorita no, ¿por qué? Qué tiene, ¿un chichi de plata?, ¿el coño de la Señorita Pepis? Cada uno es esclavo de sus actos. Que apechugue. ¿No fue en su día el amor de su vida? Ahora me lo quiere llevar a Guantánamo.)